En los últimos años, el tema de la responsabilidad social de
la empresa (RSE) ha adquirido gran relevancia en el mundo. Existen innumerables
definiciones de lo que se entiende por RSE, pero la definición es relativamente
menos importante, lo que importa es lo que hacen las empresas en la práctica
por ser responsables. La concepción es solamente importante a la hora de
preparar informes donde de entre las innumerables actividades de la empresa se
escogen las que encajan en el concepto que la empresa tiene de responsabilidad
social. Hay que destacar que esas prácticas también varían de país a país y de
cultura a cultura, y tienen un papel diferente en cada contexto. En particular,
deben situarse en el contexto de las políticas públicas y del desarrollo
institucional del país. Así, las prácticas deben adaptarse al medio en el que
se opera y la definición de lo que es responsabilidad de la empresa varía en
cada contexto. Prácticas que pueden ser consideradas innecesarias, o hasta
filantrópicas, en un país desarrollado pueden ser básicas en países en vías de
desarrollo. La empresa puede verse forzada, para llevar a cabo sus negocios, a
cubrir deficiencias en la prestación de servicios públicos. Siguiendo una
definición muy rígida de la RSE, esto podría ser considerado un anatema, ya que
las prácticas deberían ser parte integral de la estrategia empresarial y estar
directamente relacionadas con el negocio de la empresa, y para los más
puristas, deben contribuir, de una manera tangible, a los beneficios netos de
la empresa.
¿Cómo puede, un ocupado empresario, asegurar la ventaja
competitiva y la continuidad de su empresa a largo plazo? Satisfaciendo a sus
clientes y atrayendo a otros, mediante el desarrollo de nuevos productos y
servicios, y, sobre todo, siendo rentable. La responsabilidad social
empresarial (RSE) puede ayudarle a alcanzar estos objetivos.
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