Tradicionalmente la
RSE ha sido relacionada con actividades filantrópicas. No obstante, el cambio
de este enfoque parece haberse dado principalmente a finales de los años
ochenta, cuando la orientación de carácter filantrópico y de cumplimiento legal
se extendió a una visión de la RSE mucho más estratégica y relacionada con la
competitividad.
La primera generación
es filantrópica, caracterizada por actividades al margen del negocio, sin
ninguna connotación estratégica y con costos relativamente insignificantes. La
segunda está esbozada por un análisis más profundo de los costos y beneficios
de la RSE, y una relación mucho más estrecha entre la
Conducta empresarial
responsable y los beneficios para el negocio. La responsabilidad a este nivel involucra
un pensamiento estratégico, mayores riesgos, y ciertamente mayores costos.
Igualmente las oportunidades de ganar u obtener beneficios son también más
elevados, ya sea vía mejoras en la reputación, fortalecimiento de las marcas, o
a través de la innovación en productos, servicios y procesos. Por su parte, la
tercera generación y la más reciente, involucra la necesidad de acciones
colectivas entre las empresas y públicos de interés alineadas hacia el logro de
la competitividad responsable. En esta generación la responsabilidad se da a
una escala más amplia que en cierta forma desdibuja la frontera entre empresa y
sociedad.
El modelo de tercera
generación no sólo reconoce la importancia de la RSE a escala individual de las
compañías, sino que se direcciona a remodelar los mercados para asegurar que
los negocios responsables obtengan beneficios competitivos. La tercera
generación comprende el desarrollo de redes de RSE en la comunidad de negocios,
el diálogo y convenios con los públicos de interés, y la participación del
gobierno a través de políticas públicas, de tal modo que se redefinan los
mercados en formas que premien a las compañías responsables y penalicen a las
que no lo son.
La conceptualización
de la RSE más reciente tiene una connotación claramente estratégica y vinculada
a la competitividad. Una conducta empresarial responsable implica involucrar
una serie de aspectos relevantes para el negocio como la gestión del recurso
humano, la administración ambiental, el desarrollo de proveedores, la ética, el
manejo de las relaciones con los clientes e inversionistas, entre otros temas.
Debido a esta extensión del concepto y del efecto que pueden tener las
prácticas de RSE en distintas áreas del negocio, las empresas que sobresalen
por sus prácticas socialmente responsables mantienen integradas sus iniciativas
sociales y ambientales a su estrategia central, y comúnmente utilizan su misma
estructura organizacional o crean nuevos órganos o instancias para
administrarlas.
Está claro que la RSE
es una tendencia que toma cada vez más fuerza en América Latina. Sin embargo,
todavía existe una gran diversidad de entendimientos sobre el alcance del tema,
que van desde una visión filantrópica y altruista hasta la perspectiva de
incorporación estratégica de la RSE en el seno de los negocios. Por ejemplo, el
rol legítimo de la empresa frente al desafío de la reducción de la pobreza o el
fortalecimiento de las instituciones públicas locales y regionales no tienen La
prioridad que en realidad representan en la región. Probablemente, la
consolidación de una masa crítica de empresas trabajando en el tema ayude a que
las empresas y organizaciones de la región propongan una agenda que refleje el
énfasis de las necesidades de la América Latina y el Caribe. (Corral et al.,
2006)
¿Cuáles parecen ser
los aspectos o variables que han dificultado un mayor avance de la RSE en la
región? El primer factor podría atribuirse al desfase en el flujo de
iniciativas entre América Latina y el Caribe y las regiones más desarrolladas
como Europa, Norteamérica y Japón, este último con empresas pioneras como
Matsushita y Canon. La mayor parte de las iniciativas en la región promotoras
de la RSE surgieron a partir de los años noventa, cuando en Europa ya habían
surgido iniciativas como las guías de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OECD por sus siglas en inglés),Clean Clothes Campaign, y
elWBCSD, a la vez que en Norteamérica habían nacido iniciativas como la Coalition
for Environmentally Responsible Economies (CERES),BSR, y algunos fondos éticos
como Calvert,Ariel, y Domini, entre otros.
Tomado de: "El argumento empresarial de la RSE" 9 casos de América Latina y el Caribe.
Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Tomado de: "El argumento empresarial de la RSE" 9 casos de América Latina y el Caribe.
Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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